“Hay 30.000 días en tu vida”, discurso de Drew Houston en la ceremonia de graduación del MIT en 2013
*Este artículo fue publicado originalmente en Medio.
Esta es una transcripción completa de Discurso de graduación de Drew Houston Dado en el MIT el 7 de junio de 2013.
Creo que me encontré con este discurso antes de venir a los Estados Unidos. Hablaba sobre el número de días de la vida de una persona, y recuerdo que me impactó mucho en ese momento. Desde entonces, he sido consciente de estos días, y cada vez que hay un hito, me pregunto: "¿Cuántos días de vida acabo de consumir?" "¿Cuántos me quedan?" He visto con sentimientos indescriptibles cómo el porcentaje de mi vida consumida ha aumentado y aumentado. Entonces, un día, cuando tenía 27 años, finalmente pasé la marca de los 10.000 días y había pasado un tercio de mi vida.
Al ser consciente de la muerte, he llegado a comprender lo preciosa que es la vida, y este discurso ha reforzado enormemente mi actitud hacia la vida, ya que he tratado de vivir un día a la vez y hacer algo que me lleve al siguiente. Estoy seguro de que volveré a leer este discurso en el futuro y, si es así, quería ponerlo a disposición en forma de texto para poder Resaltado Y cada vez que lo miro, aprendo algo nuevo. Espero que este artículo te ayude a aprender.
“Ahora es un honor para mí presentar a nuestro orador de graduación, ex alumno del MIT y cofundador y director ejecutivo del fenómeno de intercambio de archivos en línea conocido como Dropbox, Drew Houston.
En 2005, Drew estaba sentado donde tú estás sentado. Obtuvo su licenciatura en el MIT en ingeniería eléctrica y ciencias de la computación. En cuestión de meses, experimentó algo que muchos graduados del MIT conocen: se sintió tan exasperado con el estado actual de la tecnología que inventó una solución que cambiaría el mundo. A Drew le frustraba el engorroso proceso de tener que enviarse archivos de correo electrónico a sí mismo para poder trabajar con esos mismos archivos desde varias computadoras.
Así inventó y luego perfeccionó una respuesta revolucionaria: una tecnología que permite a los usuarios unir todos sus documentos, fotografías y vídeos en todos sus dispositivos, para tener acceso a ellos y compartirlos con otros en cualquier momento y en cualquier lugar.
En 2007, apenas dos años después de graduarse, convirtió esta idea en una ambiciosa startup llamada Dropbox, y para muchos de los asistentes y para 100 millones de personas en todo el mundo, “to Dropbox” ya se ha convertido en un verbo y una necesidad cotidiana. Cuando Drew buscó financiación en una empresa de capital de riesgo de California, insistieron en que encontrara un socio y un cofundador, por lo que regresó directamente al MIT.
Y Drew trajo consigo hoy como cofundador y director de tecnología, Arash Ferdowsi. Drew dice que aprendió lecciones fundamentales de gestión al vivir y ayudar a dirigir su fraternidad, la sección del MIT de Phi Delta Theta. La casa tiene otros exalumnos famosos, incluido un premio Nobel.
Y ese hecho probablemente convierte a Phi Delta Theta en el único grupo vivo del MIT que puede presumir de tener un premio Nobel y una empresa de cuatro años de antigüedad que está valuada en muchos miles de millones de dólares. Insto al resto de ustedes a que usen esto como ejemplo y sigan intentándolo. Damas y caballeros, Drew Houston.
Gracias, presidente Reed. Van a escuchar esto muchas veces hoy, pero me siento muy afortunado de ser el primero en decirlo. Felicitaciones a todos los de la clase de 2013.
Y deberían estar muy orgullosos de ustedes mismos. Es realmente genial estar de vuelta y es un gran honor estar aquí hoy. Todavía llevo mi rata de bronce todos los días y dar la vuelta a este anillo en la graduación sigue siendo uno de los momentos de mayor orgullo de mi vida. Y ustedes saben lo que significa "dar la vuelta al castor". Así que hay muchas razones por las que este es un día especial. Pero la razón por la que estoy tan emocionado por todos ustedes es que hoy es el primer día de su vida en el que ya no necesitan marcar casillas.
Durante las primeras décadas, todo se trata de superar obstáculos: obtener las calificaciones de los exámenes, ingresar a la universidad, tomar las clases, obtener el título, pagar las cuotas y ponerse a trabajar. Todo eso termina hoy. Gracias a Dios.
Lo difícil de planificar tu vida es que no tienes ni idea de adónde vas, pero quieres llegar allí lo antes posible. Y aquí la gente te va a decir que quizá crees una empresa, o que quizá cures el cáncer, o que quizá escribas la próxima gran novela americana. Y probablemente estés pensando: no sé, quizá las cosas salgan terriblemente mal. Yo no tenía ni idea cuando me estaba graduando. Y, de hecho, no hace muchos años, estaba sentado justo allí. También estaba lloviendo durante mi graduación. Está bien.
Y estar aquí ahora con la toga puesta y hablarles a todos ustedes no era exactamente parte de mi plan. Y de hecho, nunca he tenido un gran plan. Y ahora me doy cuenta de que probablemente no sea posible tener un gran plan cuando se gradúen, si es que alguna vez lo tienen. Y pensé mucho en lo diferente que es la vida que todos ustedes están comenzando hoy, y he pensado mucho en qué haría si tuviera que volver a 2006 y comenzar de nuevo. Y lo que los trajo hasta aquí es básicamente ser inteligentes y trabajar duro. Pero nadie les dice que hoy la receta para el éxito cambia.
Lo que quiero hacer es darles una pequeña hoja de trucos, la que me hubiera encantado tener el día de mi graduación. Y si miraran mi hoja de trucos, no habría mucho en ella. Habría una pelota de tenis, habría un círculo y estaría el número 30.000.
Ahora bien, sé que nada de eso tiene sentido ahora mismo, pero sigamos adelante. Fundé mi primera empresa cuando tenía 21 años. Nací en un Chili's y mi cofundador, Andrew Crick, y yo nunca habíamos hecho algo así antes. Así que pensamos que fundar una empresa es algo muy importante. Pensamos: ¿tenemos que llevar traje al ayuntamiento o tenemos que ir a buscar un sello para poder sellar todos nuestros documentos importantes? Y resulta que puedes simplemente conectarte a Internet y rellenar un formulario, y listo en dos minutos. Así que fue un poco decepcionante.
Pero ya estábamos en el negocio y teníamos nuestros hilos de cebolla. Y decidimos que nuestra empresa iba a crear un nuevo tipo de curso en línea para el SAT. Y la mayoría de los chicos en ese entonces usaban estos libros de la vieja escuela, de 800 páginas, y los otros cursos en línea no eran muy buenos.
Pensamos que era genial, así que dejamos de lado el vocabulario del SAT y lo llamamos Accolade, que significa un honor o un premio. En realidad, no lo llamamos "Accolade". Lo llamamos "The Accolade Group, LLC", porque pensamos que sonaba mucho más impresionante. Así que fue genial. Me detenía en Staples de camino a casa y compraba cartulina.
Y si alguna de vosotras alguna vez crea una empresa, os daréis cuenta de que el primer paso es, en primer lugar, crear un logotipo con Photoshop. Y luego imprimir un montón de tarjetas de visita que digan "Fundadora". Y lo siguiente que hacéis es repartirlas en conferencias y practicar diciéndoles a las chicas: "Bueno, sí, tengo una empresa". Fue genial. Pero, en realidad, la mejor parte fue aprender todo tipo de cosas nuevas. Así que viví en la casa de mi fraternidad todos los veranos.
Y en el quinto piso hay una habitación con una escalera que sube hasta el techo. Tenía una silla plegable de nailon verde y compré todos esos libros en Amazon. Y cada fin de semana, arrastraba todo ese material hasta el techo y leía sobre todas esas cosas nuevas: sobre ventas, sobre marketing, sobre estrategia y gestión; todas esas cosas de las que no sabía nada. Así que no era exactamente mi plan obtener mi MBA en el techo de Phi Delta Theta, pero eso fue lo que sucedió.
Así que todo estuvo bien por un tiempo, pero un par de años después las cosas empezaron a ir cuesta abajo. Y cada vez me resultaba más difícil hacer las cosas. Y en un momento dado, algo en mí se rompió. Pensé: Dios mío, ya no puedo lidiar con más preguntas de matemáticas sobre líneas paralelas o triángulos isósceles o los dos trenes que salen de Memphis a las 3:45. Y, por supuesto, pensé: Dios mío, hay algo mal conmigo, y me sentí culpable porque era improductiva.
Y crear una empresa había sido mi sueño durante mucho tiempo. Así que recuerdo ese momento en el que pensé, bueno, tal vez no tenga lo que se necesita después de todo. Así que me tomé un pequeño descanso. No sé si alguno de ustedes estudia el Curso 6, pero yo estudié el Curso 6, Ciencias de la Computación. Y si estás en el Curso 6, a veces tomar un descanso significa escribir un bot de póquer. Y si nunca has jugado al póquer en línea antes, básicamente, lo que sucede es que te sientas durante horas y haces clic en botones.
Y luego pierdes todo tu dinero. Así que todo lo que hace el robot de póquer es dejar que tu computadora pierda todo tu dinero por ti, que es lo que hice yo. Pero estaba fascinado. Estaba poseído. No podía dejar de pensar en eso. Pensaba en eso en la ducha. Pensaba en eso al despertarme en medio de la noche. Y era como si se encendiera un interruptor y yo fuera una máquina.
Y luego recuerdo que, en medio de todo esto, un fin de semana mamá y papá querían que fuéramos todos a New Hampshire para pasar un fin de semana en familia. Y yo pensaba: "Está bien, pero no quiero dejar de trabajar en mi robot de póquer". Así que llegué en mi Accord, salí y le dije: "Hola, mamá". Y luego abrí el maletero y, a continuación, me encontré arrastrando 45 kilos y todas mis cosas de la computadora y todos estos cables hasta nuestra pequeña cabaña en el lago.
Entré y miré. Pensé: "Oh, la mesa del comedor no es lo suficientemente grande". Entonces comencé a reorganizar las cosas en la estufa, como mover las ollas y sartenes para hacer espacio para todos mis monitores. Y entró mi madre y me dijo: "¿Qué diablos estás haciendo?". En realidad, estaba convencida de que iría a la cárcel. Y, de hecho, voy a tomarme un segundo muy rápido. De hecho, hice pasar mucho a mi madre y a mi padre, y estoy seguro de que todos nosotros aquí hicimos pasar mucho a nuestros padres.
Así que, tomémonos un segundo para agradecerles a ellos, a nuestras mamás, papás, familias, a todos los que amamos que nos trajeron hasta aquí. Gracias. Iba a decir que trabajen en lo que aman. En realidad, eso no es de mucha ayuda. Es muy fácil convencerse o racionalizar que amas lo que haces. Pero cuando lo pienso, las personas más felices y exitosas que conozco no solo están enamoradas de lo que hacen, sino que están obsesionadas.
Y no sólo están obsesionados, sino que están obsesionados con resolver un problema importante, algo que realmente les importa. Yo tenía perros cuando era niño. No sé si alguna vez le has lanzado una pelota de tenis a un perro, pero no tienes por qué lanzársela. La levantas y el perro pone cara de loco. Y luego la lanzas, la correa se rompe y el perro sale corriendo.
Y están haciendo todo lo posible para conseguirlo. Eso es lo que sienten mis amigos. Y eso es lo que espero que todos ustedes encuentren, porque también tengo otros amigos que trabajan duro y les pagan bien en sus trabajos. Pero se quejan y se sienten como si estuvieran encadenados a un escritorio. Así que el problema es que mucha gente no encuentra su pelota de tenis de inmediato, incluso yo. Y no me malinterpreten, me encanta el SAT. Me encantan los buenos exámenes estandarizados tanto como a cualquier otra persona.
Pero como soy el rey de la preparación para el SAT, no estoy seguro de qué tipo de sombrero te dan para eso. Pero esa no era mi pelota de tenis. Así que lo que me asusta es que tanto Dropbox como este robot de póquer comenzaron como distracciones. Esa pequeña voz en mi cabeza me decía qué hacer todo el tiempo, y todo el tiempo yo le decía que se callara para poder volver a trabajar. Casi no la escucho. Pero a veces esa pequeña voz sabe más.
Me llevó un tiempo entenderlo, pero me di cuenta de que las personas que trabajan más duro no lo hacen porque sean disciplinadas, sino porque resolver un problema interesante y trabajar en él es divertido. Por eso, a partir de hoy, no se trata solo de esforzarse, sino de encontrar la pelota de tenis, de encontrar aquello que te atrae. Puede que te lleve un tiempo, pero hasta que lo encuentres, sigue buscando y presta atención a esa vocecita.
Volvamos al verano posterior a mi graduación, el que ustedes están a punto de tener. Uno de mis mejores amigos y hermanos de fraternidad, este chico, Adam Smith, comenzó una empresa con su amigo Matt Brezina. Yo estaba emocionado y nos juntamos todos. Y decidimos, oye, ¿por qué no trabajamos todos juntos en el mismo apartamento? Ahorraremos algo de dinero. Será divertido. Y fue perfecto. Fue un verano perfecto.
Bueno, fue casi perfecto. El aire acondicionado estaba roto, así que todos estábamos programando en calzoncillos. Pero estuvo bastante bien. Adam y Matt trabajaban todas las horas que estaban despiertos, pero a medida que pasaba el tiempo, los alejaban constantemente. Y yo les preguntaba: "¿Adónde van?". Y ellos me respondían: "Bueno, vamos a reunirnos con otro inversor". Y yo les respondía: "Está bien".
Y uno de estos inversores lo llevó a dar un paseo en helicóptero. En ese momento, pensé: "Bueno, en serio, llevo dos años trabajando en mi empresa y Adam solo dos meses. Quiero avanzar en helicóptero". Pero eso fue solo el principio.
Las cosas solo empeoraron. Llegó agosto y Adam me dio la mala noticia de que se iban a mudar. Y no solo se iban a mudar, sino que se iban a Silicon Valley, donde estaba sucediendo la verdadera acción, y yo me estaba quedando atrás. No pasaba nada. De vez en cuando llamaba a Adam para ver cómo iban las cosas y siempre iban bastante bien.
Recuerdo que una tarde lo llamé y me dijo: "Ah, nos reunimos con Vinod. Hoy". Y yo sabía que Vinod Khosla era un legendario inversor, empresario y multimillonario de Silicon Valley. Y yo le dije: "Qué bueno, ¿qué dijo?". Y Adam me dijo: "Nos va a dar 5 millones de dólares para empezar".
Así que estaba muy emocionado por Adam, pero esto fue un shock para mí, porque aquí está Adam, él es mi hermano pequeño en la fraternidad. Él es mi compañero de beer-pong. Es dos años más joven que yo. Me quedé sin excusas. Adam se va al Super Bowl y yo ni siquiera voy a ser seleccionado. Y Adam no tenía idea en ese momento, pero en realidad me dio justo el empujón que necesitaba. Era hora de un cambio.
Dicen que eres el promedio de las cinco personas con las que pasas más tiempo. Piensa en eso por un segundo. ¿Quién estaría en tu círculo de cinco? Y tengo buenas noticias. El MIT es uno de los mejores lugares del mundo para comenzar a construir ese círculo, porque si no hubiera venido aquí, nunca habría conocido a Adam, nunca habría conocido a mi increíble cofundador Arash y no existiría Dropbox.
Una cosa que he aprendido es que rodearse de personas que te inspiren es ahora tan importante como tener talento o trabajar duro. ¿Te imaginas si Michael Jordan no hubiera estado en la NBA y su círculo de cinco personas estuviera formado por un grupo de chicos en Italia o algo así? No creo que lo estuviéramos viendo en las cajas de Wheaties. Así que ese es el punto. Tu círculo te empuja a ser mejor, al igual que Adam me empujó a mí. Y ahora tu círculo va a crecer para incluir a tus compañeros de trabajo y a la gente que te rodea donde vives.
Y el lugar donde vives importa. Solo hay un MIT, solo hay un Hollywood y solo hay un Silicon Valley. Y esto no es una coincidencia. Sea lo que sea lo que estés haciendo, hay un lugar en el mundo donde van las mejores personas, y tú deberías ir allí. No te conformes con ningún otro lugar. Poder conocer a mis héroes y aprender de ellos me dio una gran ventaja.
Así que tus héroes también son parte de tu círculo. Así que síguelos. La última trampa en la que puedes caer después de la escuela es la idea de prepararte. No me malinterpretes. Aprender sigue siendo tu máxima prioridad. Es lo más importante que puedes hacer. Pero la forma en que lo haces cambia. A partir de ahora, la forma más rápida de aprender es haciendo. De lo contrario, si tienes un sueño, puedes pasarte toda la vida planificándolo, estudiándolo y preparándote para ello.
Pero lo que deberías estar haciendo es empezar. Sinceramente, no creo que nunca haya estado preparada. Recuerdo que justo después de mudarnos a San Francisco, recuerdo el día en que nuestros inversores dijeron: Sí, queremos invertir. ¿A dónde enviamos el dinero? Así que, para alguien de 24 años, esto es como Navidad.
Y abrir tu regalo es como pasar el lunes por la mañana por la computadora y actualizar BankofAmerica.com y ver que la cuenta corriente de tu empresa pasa de $60 a $1,2 millones. Y yo pienso, Dios mío, esto es increíble. Ese número tiene dos comas. Y entonces sucedió algo.
Tengo una sensación en la boca del estómago. Me digo: espera un minuto. Algún día, estos tipos vendrán a buscar esto. ¿En qué demonios me he metido? Todos ustedes conocen esa sensación. En el MIT lo llamamos "beber de la manguera contra incendios", y es tan divertido como suena, y tenemos una hemorragia interna que lo demuestra. Pero también hemos aprendido que es bueno para ti. Y hoy una válvula se cierra, y ahora tu trabajo es salir y encontrar una nueva manguera contra incendios. Y para mí, eso ha sido Dropbox.
Como es de esperar, crear esta empresa ha sido la experiencia más emocionante, interesante y satisfactoria de mi vida. Pero lo que probablemente no sepas, y de lo que no he hablado realmente, es que también ha sido la experiencia más dolorosa, humillante y frustrante. Y miro hacia atrás a lo largo de los años y ni siquiera puedo contar la cantidad de cosas que han ido mal. Y, afortunadamente, no importa. Esa es la cuestión.
En la vida real, nadie tiene un 5,0. De hecho, ahora que has terminado la escuela, la idea de tener un promedio de notas desaparece. La primera empresa de Bill Gates creó un software para semáforos. La primera empresa de Steve Jobs fabricó silbatos de plástico que permitían hacer llamadas telefónicas gratis. Ninguna de estas empresas tuvo éxito y es difícil imaginar que a estos tipos les preocupe demasiado. Eso es lo que más me gusta de lo que cambia hoy en día.
A partir de ahora, el fracaso no importa. Solo tienes que tener razón una vez. Siento que antes me preocupaba por todo tipo de cosas, pero puedo recordar el momento en que me tranquilicé y lo superé. Acababa de mudarme a San Francisco y una noche no podía dormir. Estaba en mi computadora portátil y en Internet. Y me encontré con esta página y leí que hay 30.000 días en tu vida. Y al principio pensé: "Sí, lo que sea, obviamente".
Pero luego pensé: "Ah, ¿eh?". Recuerdo que entré en la calculadora y escribí 24 veces 365. Me dije: "Dios mío, ya llevo 9.000 días". ¿Qué demonios he estado haciendo? Y, por cierto, ustedes ya llevan 8.000 días. Así que así fue como terminaron 30.000 en la hoja de trucos. Esa noche me di cuenta de que no hay calentamientos.
No hay rondas de práctica ni botones de reinicio. Cada día escribimos unas cuantas palabras más de una historia. Y a partir de ahí, en realidad, cuando mueres, no es algo como, aquí yace Drew. Quedó en el puesto 174. Y a partir de entonces, decidí que en lugar de intentar que mi vida fuera perfecta, iba a hacerla interesante. Quiero que mi historia sea una aventura, y eso ha marcado toda la diferencia.
Así que mi abuela está aquí hoy. La semana que viene celebraremos su 95 cumpleaños y la quiero mucho. Y hablamos por teléfono más a menudo, ahora que estoy en la Costa Oeste. Pero algo que siempre se me ha quedado grabado es que siempre termina nuestras llamadas telefónicas con la misma palabra, "excelsior", que significa "siempre en ascenso".
Y ahora estoy aquí hoy en tu graduación, tu primer día de vida en el mundo real. Eso es lo que deseo para ti. En lugar de intentar que tu vida sea perfecta, date la libertad de convertirla en una aventura y de ir siempre hacia arriba. Gracias”.
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